La mosca verda (Lucilia caesar) es un díptero de la familia de los califóridos, con el tórax y el abdomen de color verde metálico brillante. Mide de 8 a 12 mm de largo. En la fase de adulto se alimenta de néctar de flores muy olorosas -como las de hiedra (Hedera helix) de la foto 1ª- y de los jugos liberados por estiércoles, excrementos, cadáveres y setas malolientes, como por ejemplo Clathrus ruber. Las moscardas verdes llegan rápidamente a las fuentes de alimento gracias a su buen sentido del olfato, que se encuentra ubicado en las pequeñas antenas.
Las imágenes 1ª y 2ª corresponden a ejemplares macho que se identifican porque sus ojos llegan a tocarse en la parte frontal de la cabeza, mientras que la imagen 3ª corresponde a una hembra.
La moscarda verde, como otros califóridos, se reproduce a partir de los 13ºC y tiene un desarrollo más rápido cuánto más alta es la temperatura. A 13ºC el huevo puede necesitar hasta 37 días para transformarse en adulto, mientras que a 31ºC puede hacerlo en tan sólo 11,5 días. Las hembras, después de aparearse, ponen unos pocos centenares de huevos sobre el estiércol, los excrementos, los cadáveres o las heridas de mamíferos y pájaros. En este último caso, las larvas producen unas secreciones bactericidas y defensivas que les permiten acabar de crecer y realizar la metamorfosis dentro del hospedante. Por este motivo, antiguamente se habían usado para tratar las heridas infectadas.
Actualmente la moscarda verde es una de las especies que se utilizan en medicina forense para saber cuánto tiempo hace que ha muerto una persona.
Es un insecto frecuente dentro su área de distribución, que comprende gran parte de Europa y de Siberia. Abunda en la península Ibérica.
[fotos Florenci Vallès (1ª) y Jordi Badia (2ª y 3ª)]