El lirio (Iris germanica) es una planta popular porqué combina belleza exaltada con rusticidad extrema.
Posee un rizoma grueso y tortuoso que le asegura la vivacidad y al que se habían atribuido propiedades medicinales actualmente en desuso. De él nace un haz de hojas planas, de unos 50 cm de longitud por 3 de anchura y color azulado. Los tallos se levantan hasta un máximo de 3 palmos, terminando en un racimo de entre 3 y 6 flores, cada una realzada por una bráctea apergaminada. Las flores son grandes, con tépalos de color azul-violeta, a menudo los 3 exteriores totalmente abiertos mientras los 3 interiores permanecen cerrados.
El lirio resiste los suelos secos, delgados, pobres y pedregosos. Por este motivo, en la tradición rural de la comarca de Bages, el lirio era plantado en el techo de las barracas de los viñedos, para embellecerlas y para fijar la tierra. Actualmente se encuentra en los alrededores de las casas de campo, aún en las barracas y naturalizado en vertientes soleadas. En el macizo de Montserrat, el lirio se encuentra cerca de las ermitas que habían sido habitadas.
A pesar de su nombre científico Iris germanica, su origen es incierto y se encuentra distribuido por las tierras al norte del Mediterráneo.
[fotos Jordi Badia]