La lechuguilla silvestre (Lactuca tenerrima) es una hierba perenne de la familia Compuestas, fina y delicada, especialmente si se compara con su congénere, la lechuga azul (Lactuca perennis).
La lechuguilla silvestre forma una roseta de hojas basales runcinadas y levanta tallos delgados hasta algo más de medio metro, ramificados principalmente en la base. Las hojas caulinares son escasas y progresivamente menores, disminuyen hasta terminar lineales. Estas hojas caulinares abrazan el tallo por un par de aurículas agudas, a diferencia de L.perennis cuyas aurículas son redondeadas.
En la cima de los tallos forma capítulos normalmente solitarios. El receptáculo tiene forma de copa estrecha. Este receptáculo está protegido exteriormente por brácteas verdes con la punta rojiza, progresivamente más largas a medida que ganan altura de forma poco ordenada. No es raro ver algunas brácteas sobre el pedúnculo floral. Los capítulos suelen tener 18-21 flores, todas liguladas. Las lígulas son estrechas, de alrededor de 1 cm de longitud y de color lila o violeta. También tienen color violeta las largas anteras de los estambres y los estigmas. El fruto tendrá un vilano uniseriado de pelos simples, largos y blancos.
La lechuguilla silvestre vive en lugares rocosos y soleados. Se trata de una planta poco frecuente en la comarca de Bages que aparentemente prefiere los suelos silíceos. Un hábitat característico de Lactuca tenerrima en la comarca de Bages es el de las cercanías de las vías de tren asentadas sobre una base de grava de granito.
[fotos Jordi Badia]