Polilla de la col

Plutella xylostella

La polilla de la col (Plutella xylostella) es una polilla pequeña cuyas orugas se alimentan de hierbas de la familia crucíferas, en particular de cualquier variedad de col. La expansión del cultivo de la colza (Brassica rapa subsp. oleifera) en la Catalunya Central desde el 2019 debe haberle favorecido. Plutella xylostella da nombre a la pequeña familia Plutellidae de microheteróceros.

La polilla adulta con las alas plegadas tiene es alargada, de unos 6 mm sin contar las antenas que dirige hacia adelante. Combina los colores marrón oscuro y beige o gris claro en un patrón constante que deja el dorso de tono claro, limitado de forma sinusoidal o romboidal por el marrón oscuro de los laterales. Las antenas y las patas son claras con pequeñas manchas oscuras irregulares. En la imagen, el adulto de Plutella xylostella está situado detrás del escarabajo Enicopus calcaratus que se reconoce por la ramificación del 3er par de patas terminada en forma de horca.

La hembra adulta pone huevos solitarios o en grupitos pequeños en el envés de las hojas de col, cerca del nervio central. De los huevos nacen larvas inicialmente incoloras y que adquieren color verde a medida que crecen hasta unos 12 mm de longitud. El último segmento abdominal de las orugas termina en un par de cuernecillos. Las orugas comen las hojas de la col o de otras crucíferas desde la cara superior, dejándolas perforadas. Si la oruga se siente observada o amenazada, se dejará caer colgando de un hilo de seda. Al terminar su desarrollo, la oruga pasa la fase de pupa dentro de un capullo de seda adherido al reverso de una hoja.

El ciclo vital de la polilla de la col es muy rápido, puede durar sólo 2 o 3 semanas. No es extraño pues que, repentinamente, las hojas de las coles de los huertos aparezcan llenas de agujeros como si hubiera caído una granizada; en realidad han actuado las voraces orugas de la polilla de la col.

La polilla de la col tiene distribución mundial. La polilla de la col ha desarrollado resistencia a los insecticidas más habituales.

[foto Jordi Badia]