Ratón doméstico, casero o común

Mus musculus

El ratón doméstico, ratón casero o ratón común (Mus musculus) es un roedor pequeño, de 7-10 cm desde la punta de la nariz hasta el final del cuerpo, y con una cola de longitud algo más corta. Sus orejas son redondeadas, los ojos grandes, redondos y oscuros, y el hocico corto. El pelaje mezcla gris oscuro y marrón en el dorso y en los costados, pasando de forma gradual, sin ninguna línea de separación, a blanquecino o gris claro en la parte ventral. La cola es relativamente gruesa y desprovista de pelo.

El ratón doméstico es comensal del hombre; vive en el interior o cerca de viviendas y almacenes y ocasionalmente en terrenos húmedos. Se alimenta principalmente de semillas almacenadas, aunque es realmente omnívoro. Sale en horario crepuscular y nocturno de su nido y escondrijo, sin alejarse mucho y guiándose más por el olfato muy desarrollado y el tacto que por la vista, a saquear las provisiones de las que se alimenta. Mientras husmea, levanta el cuerpo apoyándose en las patas traseras y la cola.

Como consecuencia de su asociación con la humanidad, el ratón doméstico se ha convertido en una especie cosmopolita.

El ratón doméstico se asemeja mucho al ratón moruno (Mus spretus), que se diferencia por el pelaje del dorso normalmente más claro y amarronado, por la línea nítida de separación entre los colores oscuro y claro del pelaje dorsal y ventral, y por vivir en áreas naturales. El ratón de campo (Apodemus sylvaticus) es algo mayor, tiene los pies de las patas traseras más grandes y el tono claro del pelaje alcanza la garganta y bajo la boca.

El ratón doméstico es muy prolífico. En contraposición, es la presa más habitual de los gatos domésticos que lo cazan y juegan con ellos, movidos más por el instinto cazador de los felinos que por ninguna necesidad alimentaria.

Razas seleccionadas de ratón doméstico, algunas de ellas albinas, son muy utilizadas en laboratorios como animal modelo para la investigación médica, farmacológica, bioquímica o genética por su facilidad de cría, su docilidad y su proximidad genética con el hombre.

[foto Jordi Badia]