Escarabajo de los pinos quemados

Arhopalus ferus

Arhopalus ferus es un cerambícido muy frecuente en los pinares, sin embargo pasa bastante desapercibido debido a su coloración entre parda y negra. Machos y hembras se pueden diferenciar por el tamaño de las antenas o cuernos que, echados hacia atrás, llegan hasta la mitad de los élitros en los machos, mientras que en las hembras sólo alcanzan hasta una cuarta parte. Además, como suele ocurrir en este tipo de escarabajos, las hembras son algo mayores que los machos. En A.ferus, la cabeza, el protórax y los élitros están finamente punteados. Los ojos son grandes y no se encuentran rodeados de pilosidad como ocurre con Arhopalus rusticus, especie cercana y que también está presente en nuestra región. El protórax destaca por ser bastante redondeado, algo más ancho que largo y con los bordes laterales convexos, no presenta espinas y es más estrecho que los élitros. El abdomen está cubierto por un par de élitros con dos o tres costillas longitudinales. Las patas son largas y finas, y el tercer artejo de los tarsos posteriores está dividido hasta la mitad de su longitud, bastante menos que en el caso de A.rusticus donde la escotadura llega a la base del artejo.

Los adultos de A.ferus vuelan durante el crepúsculo y son de hábitos nocturnos. Después del apareamiento, la puesta se realiza sobre troncos y tocones de pinos u otras coníferas muertos o moribundos debido sobre todo al fuego. Los huevos son pequeños, de entre 0,5 y 1,8 mm, de color blanco, opacos y en forma de puro. Las subsiguientes larvas son xilófagas y tardan de 2 a 4 años en completar su desarrollo. Son de color blanco cremoso y tienen forma cilíndrica, pero con la cabeza algo más robusta y esclerotizada en la que destacan unas mandíbulas cortas y fuertes adaptadas para excavar en la fibra leñosa de la planta. Las larvas jóvenes son subcorticales, pero a partir del segundo estadio penetran en el interior de la madera pudiendo llegar hasta los 10 cm de profundidad. La posterior pupación tiene lugar entre los últimos días de la primavera y los primeros del verano. El ciclo biológico concluye con la emergencia de los adultos que ocurre principalmente entre los meses de junio y septiembre.

A.ferus es una especie paleártica común en la península Ibérica. Allí donde está presente puede convertirse en una plaga porque reduce el tiempo disponible para el rescate de árboles quemados o muertos.

[foto Xavier Adot]