El lastón (Brachypodium phoenicoides) produce renuevos vigorosos y rápidos tras el incendio, lo que contribuye muy notablemente a proteger y estabilizar el suelo. Aquí le vemos, en color dorado de agosto, un año después del incendio en Cardona. El pinar se ha transformado en un lastonar con un recubrimiento aún parcial donde, con mucha diferencia, el lastón es la planta que mayor superficie ocupa. Las hojas del lastón amortiguan los impactos de la lluvia y del viento y sus raíces fasciculadas retienen las partículas de suelo que, en su ausencia, la lluvia arrastraría.
[foto Jordi Badia]