La escabiosa blanca (Cephalaria leucantha) es una hierba perenne, con base algo leñosa, que pertenece a la familia dipsacáceas, la de la cardencha. Las hojas de la escabiosa blanca son compuestas, pinnatisectas con los segmentos estrechos. En pleno verano, cuando la mayoría de hierbas del prado hace meses ya que están amarillentas o marchitas, la escabiosa blanca florece esplendorosa. Saca unos capítulos esféricos, soportados por largos pedicelos, de flores totalmente blancas, cada una de ellas con su correspondiente bráctea involucral. Estas flores tienen forma de tubo abierto en 4 lóbulos, del cual asoman 4 estambres. Estas inflorescencias son visitadas asíduamente por todo tipo de insectos, en especial por coleópteros, himenópteros y lepidópteros, en parte porqué ya son pocas las flores que permanecen en este período. Las orugas de la mariposa Euphydryas aurinia se alimentan de la escabiosa blanca.
La escabiosa blanca es frecuente en los prados de la mitad norte de la comarca de Bages, en especial en los de junquillo falso, en los que puede pasar despercibida al no coincidir su floración con la del junquillo falso. Más abundante es en la coamrca vecina del Berguedà.
Esta hierba debe sus nombres catalanes de atxa o falla al hecho que, recogida a final de verano y dejada secar, se utiliza para confeccionar fallas. En Nochebuena, en la fiesta tradicional de la fia-faia en Bagà y en Sant Julià de Cerdanyola (Berguedà), las fallas o faies bajan en procesión desde la montaña hasta la plaza del pueblo.
[fotos Jordi Badia (1ª) y Florenci Vallès (2ª)]