Cardencha

Dipsacus fullonum subsp. fullonum (= D. silvestris)

La cardencha (Dipsacus fullonum subsp. fullonum [= D. silvestris]) es una hierba magnífica, robusta, bienal -es decir, que florece, fructifica y se seca en el segundo año-, con tallos cuadrangulares repletos de pequeños aguijones o acúleos.
Sus hojas son grandes, lanceoladas con el margen recortado en formas punzantes, sésiles, de color verde claro con el nervio medial ancho, resaltado en blanco y con aguijones adicionales en el reverso. Estas hojas se disponen opuestas en pares y, especialmente las de la base del tallo, están algo soldadas de manera que forman un pequeño cuenco donde se acumula el agua de lluvia y donde no es raro encontrar insectos ahogado (foto 5ª).

Si la parte vegetativa de la cardencha ya es característica, la inflorescencia no es menos espectacular. Se trata de un gran capítulo ovoide, densamente erizado de brácteas punzantes. Cada bráctea protege una flor que, al abrirse, mostrará una corola soldada en tubo, de color rosa violáceo y, a diferencia de las flores de la familia compuestas, 4 estambres libres. Primero se abrirán las flores que ocupan la franja central de la inflorescencia y, días más tarde, lo harán las de las franjas de arriba y abajo. A modo de fortificación de defensa adicional, el capítulo posee además unas elegantes hojas transformadas, estrechas y punzantes, que se curvan i se dirigen hacia arriba, hasta superar con creces la altura de la inflorescencia.

El cardencho vive en las buenas tierras húmedas cercanas a los arroyos y en los bordes de las acequias.

Los capítulos secos de una variedad cultivada se habían utilizado para cardar la lana, por lo que se conoce a la planta también como cardo de cardadores.

[fotos Jordi Badia (1ª y 2ª), Efrem Batriu (3ª y 4ª) y Florenci Vallès (5ª)]