Si el fuego no ha sido muy intenso, los robles fácilmente pueden sacar nuevos retoños del tronco, tal como se da habitualmente en los alcornoques. En la imagen, una rama de roble (Quercus pubescens) a la que el fuego mató la mayoría de ramitas delgadas, pero no el tronco central que retoñó ya el mismo verano en que se quemó.
[foto Florenci Vallès]