El senecio vulgar o hierba cana (Senecio vulgaris) es una hierba que ha conseguido la excelencia en su condición de vulgar, como su nombre científico reivindica. Se trata de una hierba vulgar en todos sus aspectos: es una compuesta con capítulos amarillos como tantas otras, tiene porte débil y discreto, aparece durante todas las temporadas en parques, cultivos, márgenes de caminos y lugares humanizados y su distribución cosmopolita es una de las más extensas en el mundo. No llama la atención ni posee usos ni virtudes, por lo que el senecio vulgar es poco reconocido a pesar de su cercana presencia. Dediquémosle algo de atención.
La hierba cana es anual, de uno o dos palmos de altura, con hojas estrechas, irregularmente pinnatífidas, variables, las más altas a menudo de un tono apagado por una maraña de pelos claros. Las hojas inferiores tienen pecíolo ancho y corto, aunque las superiores no, son sésiles o abrazadoras. La maraña de pelos es más evidente sobre los tallos rojizos y en la base de los capítulos. La hierba cana saca numerosos capítulos en la parte superior de los tallos, estrechos y estrechándose más cerca de la abertura, con flores amarillas todas en tubo, sin las flores liguladas en el margen que sí tienen otras especies del género como S.erucifolius o S.jacobea. Los capítulos están adornados con unas brácteas largas de arriba a abajo, más un verticilo de brácteas cortas, suplementarias, en la base. Estas brácteas tienen la punta negra, una característica particular de la hierba cana. Las brácteas acaban por abrirse completamente y quedar reflejas o colgantes a la madurez; entonces los capítulos toman forma esférica con los blancos plumeros de los pequeños frutos a modo de radios y adquieren su mayor vistosidad. La hierba cana es muy prolífica en la producción de frutos preparados para la dispersión. Completa su ciclo vital en solo 5 o 6 semanas.
[fotos Jordi Badia]