


El arroyo de Mura crece y cobra protagonismo escénico a partir de la masía de Sant Esteve de Vilarasa, tras recibir el arroyo de Talamanca y cuando la proximidad del río Llobregat a una cota baja obliga a profundizar el valle. Más allá de Sant Esteve de Vilarasa, el arroyo de Mura despliega su potencial erosivo sobre las rocas duras de origen marino y color claro.
Las imágenes muestran 3 puntos secuenciales del arroyo de Mura situados algo más allá de Sant Esteve de Vilarasa.
En la imagen 1ª, el arroyo de Mura corta un estrato grueso y consistente de caliza fosilífera de origen coralino, salta y forma una gran poza debajo. En la orilla de la poza más alejada del salto, sobre un fondo fangoso en vez de rocoso, crece la enea de hoja ancha (Typha latifolia).
En la imagen 2ª situada algo más abajo, el arroyo salta de nuevo y forma la correspondiente poza de agua clara, aunque el salto y la poza son aquí menores porque la roca ha cambiado a arenisca.
En la imagen 3ª, el paso del arroyo sobre la estratificación de la arenisca en capas delgadas y poco compactas modela un paisaje laminado y un cauce ancho que desciende en pequeños escalones sobre los que salta alegremente el agua.
El arroyo de Mura se denomina también arroyo de Nespres en su tramo de cabecera y de Sant Esteve en su tramo final. Desde Sant Esteve de Vilarasa hasta la desembocadura en el río Llobregat en Els Tres Salts, el arroyo de Mura delimita entre los términos municipales de Talamanca en la orilla derecha y de El Pont de Vilomara i Rocafort en la orilla izquierda.
[fotos Jordi Badia]