En la imagen 1ª vemos la confluencia de la riera de Mura -conocida con el nombre de riera de Sant Esteve en su tramo más bajo- con el río Llobregat. Destaca el contraste entre el color verdoso del agua de la riera y el marrón rojizo de la del río. El color del agua de la riera es, en realidad, el del fondo, porque el día 15 de junio de 2008, cuando se hizo la foto, el agua era transparente; mientras que el color del río es debido a la presencia de partículas de arcilla en suspensión. Este color en el Llobregat es el habitual cuando baja crecido porque en gran parte de su cuenca abundan las rocas arcillosas del Eoceno y el Oligoceno continentales, que acostumbran a ser de colores rojizos porque contienen óxidos de hierro. Por contra, la riera de Mura, aunque baje crecida (no es el caso del día de la foto), no adquiere nunca una tonalidad tan rojiza, porque en la parte alta de su cuenca dominan los conglomerados del Eoceno deltaico y continental, y en la baja los materiales de colores grisáceos (areniscas, calizas y margas, principalmente) del Eoceno marino y deltaico.
En la imagen 2ª, el agua del río Llobregat en la Gola del Bigaire (Manresa), tras recibir el arroyo de Mura, muestra el característico color rojo arcilloso. La foto fue tomada el 26.09.2010, un día cualquiera en que el río no andaba particularmente revuelto. En la imagen 3ª, el río Llobregat crecido, turbulento y más enrojecido aún a su paso por El Pont de Vilomara el día 15.05.2011, la mañana siguiente a una tarde de tormentas en las partes media y alta de la cuenca.
El topónimo Llobregat proviene del latín Rubricatus, que significa enrojecido. Este nombre latino aparece escrito por primera vez para referirse al Llobregat en las obras de dos autores latinos del siglo I dC, el geógrafo Pomponio Mela (Pomponius Mela) y el escritor (más científico que literario) Gayo Plinio Segundo (Gaius Plinius Secundus, Plinio el Viejo).