El romero (Salvia rosmarinus [= Rosmarinus officinalis]) confía su supervivencia a los incendios forestales al nacimiento de una nueva generación, gracias a las semillas guardadas en el suelo y que pueden germinar. El romero es prolífico en la floración y la formación de semillas secas y resistentes que se mantienen viables durante muchos años. El suelo de los lugares en los que ha crecido el romero se convierte en almacén de sus semillas. Tras un incendio, cuando la luz llega con mucha mayor intensidad al suelo y éste se calienta, las semillas de romero germinan dando lugar a una nueva generación.
En las imágenes, plantones de romero nacidos de semillas en un suelo aún mayoritariamente desnudo, un año y medio después del incendio.
En cambio, es muy raro que una mata de romero retoñe si toda su parte aérea ha resultado quemada.
[fotos Jordi Badia]