Las mañanas tranquilas de invierno y primavera, los romerales y pinares se levantan adornados de telarañas brillantes por las gotitas de agua de condensación que les ha dejado la niebla que con el sol se disipa. Las telarañas más frecuentes en los romerales son un tapiz algo cóncavo de unos 6-12 cm de diámetro, dispuesto horizontalmente, denso y tenso, como la red de seguridad bajo un trapecio circense. El tapiz cóncavo está sujeto a las matas, en muchos casos de romero, mediante hilos tejidos de forma laxa e irregular, adaptándose a los soportes disponibles, a una altura sobre el suelo inferior a los 80 cm.
Este tipo de telarañas de captura tan habituales como misteriosas están tejidas por arañas de la familia Linyphiidae. Las telarañas que aparecen en las imágenes probablemente pertenecen a ejemplares de la especie Linyphia triangularis, aunque no hemos encontrado a la araña para poderlo confirmar. Se observan muchas veces las telas, pero pocas a su autor que, al terminar la faena, suele retirarse al suelo donde pasa inadvertido. Cuando la araña está a la espera en la tela, ésta se instala en la cara inferior del tapiz cóncavo, con la cara ventral mirando hacia arriba, suspendida meticulosamente de los hilos, sin dañarlos, por sus 8 patas finas.
[fotos Montserrat Porta y Jordi Badia]