El madroño (Arbutus unedo), como casi todos los arbustos de la familia ericáceas, posee una gran capacidad para rebrotar rápidamente. Tras el incendio forestal, el madroño es uno de los primeros arbustos en dar la nota de color verde vivo en el paisaje aún ceniciento. El madroño toma delantera en la carrera para recuperar la vegetación perdida con el fuego y ocupar el espacio libre. Cinco meses después del incendio de julio del 2005 en Balsareny, aprovechando las lluvias, el madroño presentaba los retoños que muestra la imagen, en un escenario aún mayoritariamente vacío.
[foto Jordi Badia]