Abejera catalana

Ophrys catalaunica (= O.bertolonii ssp.catalaunica)

La abejera catalana [Ophrys catalaunica (= O.bertolonii ssp. catalaunica)] se caracteriza por los sépalos y pétalos rosados y por un labelo más o menos redondeado, de color entre pardusco, morado y púrpura, piloso en el margen y con una mácula central bien definida, de tono púrpura violáceo brillante, en forma de la letra H o romboidal con una escotadura en el extremo opuesto al de los polinios. La abejera catalana vive principalmente en prados de junquillo falso, donde florece en el mes de mayo.

Ophrys bertolonii (= O. bertoloniiformis) es un grupo que comprende 11 táxones menores, difíciles de separar y con escasa unanimidad entre los botánicos que a ello se han dedicado, distribuídos por el este del mediterráneo, desde Catalunya hasta las costas adriáticas. La distribución de la abejera catalana se limita al interior de Catalunya -incluyendo la comarca de Bages en donde, sin ser rara, tampoco se trata de una de las abejeras más comunes-, al Rosellón y al sur de Francia. Al mismo grupo pertenece O.balearica (= O.bertolonii ssp. balearica), con morfología muy similar y distribuída exclusivamente en todas las islas Baleares.

Las orquidáceas u orquídeas son hierbas que se caracterizan por sus semillas minúsculas, por las flores con el extremo de las estructuras femeninas soldadas con las masculinas, por la gran diferenciación de uno de los tres pétalos (el labelo) y, generalmente, porque los granos de polen se presentan aglomerados en dos masas voluminosas denominadas polinios.
Las abejeras son orquídeas del género Ophrys, de distribución básicamente mediterránea. Se encuentra desde las Canarias hasta el mar Caspio y desde el norte de África hasta Escandinavia. Las abejeras viven especialmente en lugares soleados con suelos calcáreos. El Bages destaca por la abundancia de especies de este género, notable por su original y sofisticado sistema de polinización. Este proceso lo llevan a cabo, en casi todas las especies de abejeras, pequeñas abejas macho de diferentes especies que transportan los polinios de flor en flor atraídos por un reclamo de tipo sexual. Este reclamo es olfativo y también visual. El gran pétalo bellamente coloreado denominado labelo imita el olor y el color o la forma de la hembra del polinizador específico. Los polinios se adhieren al cuerpo de los machos estafados que intentan desesperadamente copular con las falsas hembras. Así el insecto polinizará después otras flores al intentar copular con ellas.

[fotos Pere Moraleja (1ª y 2ª) y Jordi Badia (3ª y 5ª) y Florenci Vallès (4ª)]

  • Ver el artículo Abelleres, en catalán, de Jordi Badia