El ajo blanco o ajo napolitano (Allium neapolitanum) es un ajo con flores blancas que se encuentra en laderas y prados secos de lugares humanizados y en campos de secano. Posee un bulbo enterrado, con piel lisa, del que nace el tallo inicialmente cilíndrico y que progresivamente cambia para marcar dos aristas en la parte alta. El tallo lleva en su base 2-4 hojas como cintas de algo más de 1 cm de ancho y en el extremo una umbela esférica de 5-8 cm de diámetro, formada por una bráctea ancha, entera y apergaminada y 15-25 radios de 2-3 cm. Les flores tienen 6 tépalos blancos, 6 estambres más cortos que los tépalos con la antera verde y el filamento blanco y de forma triangular, y un ovario esférico con un estilo fino y vertical. La inflorescencia del ajo blanco es muy decorativa, a pesar de su característica olor de ajo. El ajo blanco florece en los meses de marzo y abril.
El ajo blanco no está citado en la Flora del Bages de Pius Font i Quer, publicada en 1914. Actualmente el ajo blanco o napolitano se encuentra en lugares de la comarca de Bages, probablemente subespontáneo a partir del cultivo por la belleza su inflorescencia y favorecido por el aumento de las temperaturas durante las últimas décadas, avanzando desde el sur.
El ajo napolitano debe su nombre a la primera descripción realizada por el médico y naturalista del siglo XVIII Domenico Cirillo, discípulo de Linné, autor de una extensa obra de catalogación de la flora y de los insectos de la región de Nápoles e introductor de la vacuna de la viruela en aquella región. A pesar de que Domenico Cirillo en su reconocida labor profesional llegó a ser médico personal del rey de Nápoles Fernando IV de Borbón, en 1799 fue condenado a la horca por el régimen monárquico, por haber defendido la República en Nápoles. El ajo napolitano, de un blanco puro, honra a Domenico Cirillo y repudia aquel asesinato ignominioso.
[fotos Montserrat Porta y Jordi Badia]