La alfalfa o mielga (Medicago sativa) es la hierba de la familia papilionáceas forrajera por excelencia. Vive durante unos años, sin crecer más allá del medio metro de altura. Se cultiva para ser segada en verde unas cuantas veces en una misma temporada, ya que crece rápido con la lluvia o el riego y retoña fácilmente. A la vez que se cultiva, la alfalfa se encuentra espontánea o naturalizada en márgenes de caminos y en prados alterados. Requiere un mínimo de humedad para un buen crecimiento.
La alfalfa es una hierba de color verde azulado, con hojas fulles trifoliadas y folíolos estrechos, de 1 cm de longitud, dentados solo en la parte apical. Saca racimos ovales de flores papilionadas con pétalos violáceos. Mantiene la floración durante meses, mientras la meteorología se mantenga favorable. Su legumbre se enrolla como un caracol (foto 2ª).
La alfalfa es una de las hierbas más frecuentes en los prados humanizados de la comarca de Bages, desde los ambientes agrícolas hasta los viarios y los parques urbanos. En el Bages, su nombre popular catalán «alfals» suele pronunciarse como «aufals» o «ufals».
Ver la cuca negra de la alfalfa (Colaspiderma barbarum), el escarabajo crisomélido que se alimenta en exclusiva de hojas de alfalfa, ocaisonando graves pérdidas a su cultivo.
[fotos Jordi Badia]