La aliaga o aulaga (Genista scorpius) es un arbusto de alrededor de 1 metro de altura, con tallos estriados de color uniforme verde grisáceo, densamente ramificado y muy espinoso. De los tallos estriados salen ramitas cortas a intervalos regulares, en disposición alterna y en ángulo abierto entre 45º y 90º, que terminan en espina vulnerante. A inicios de primavera, simultáneamente a la floración, la aliaga saca algunas hojas simples, pequeñas y casi sésiles, de limbo ovalado de 4-8 mm de longitud. Además de ser pequeñas, estas hojas son débiles y caen pronto, por lo que la responsabilidad de la fotosíntesis recae en los tallos verdes. Las hojas y los tallos tiernos poseen pilosidad blanca.
Si la aliaga resulta normalmente antipática por espinosa, grisácea y desnuda de hojas, con la floración abundante en primavera cambia radicalmente su aspecto. Las flores son papilionadas, con pétalos de color amarillo anaranjado vivo. Las flores se transformarán en legumbres verdes de 2-4 cm de longitud.
En estado estéril, la aliaga puede confundirse con la aulaga morisca (Ulex parviflorus). La aliaga tiene un color general más oscuro y las espinas gruesas, la mayoría de ellas simples; la aulaga morisca, en cambio, posee un verde más claro y sus espinas son más finas, más densas y más a menudo ramificadas.
La aliaga vive en lugares bien iluminados. En la comarca de Bages se encuentra en los prados de junquillo falso, en los romerales y, en menor abundancia, en los pinares de pino carrasco. La aliaga saca nuevos retoños después de un incendio y tolera por igual los suelos calizos escasos o rocosos y la sequía; es una planta especialmente resistente.
[fotos Florenci Vallès (1ª) y Jordi Badia (2ª y 3ª)]
- Ver el artículo La primera florida, en catalán, de Jordi Badia.