La generación asexuada del himenóptero Andricus quercustozae, de la familia Cynipidae, ocasiona la mayor cecidia que puede encontrarse en los robles en Cataluña. La cecidia es una esfera de 20-40 mm de diámetro, de consistencia dura, con un abultamiento en posición apical y algunos bultos más, de tamaño menor y forma más cónica, vagamente dispuestos en una corona alrededor del polo apical en una posición equivalente a la del trópico de Capricornio en la Tierra. El color de la superficie es un pardo brillante que se apaga con el paso del tiempo. La cecidia resulta de la deformación de una yema. En el centro de la esfera se encuentra un pequeño lóculo en el que reside la larva durante 2 años, antes de emerger como adulto. La salida del adulto se revela por la presencia de un orificio circular de 1 mm de diámetro. La cecidia puede albegar también otras larvas inquilinas de especies distintas.
Andricus quercustozae puede afectar a cualquier especie de roble, es decir los Quercus caducifolios.
Hemos observado la cecidia de Andricus quercustozae por primera vez en las comarcas de Bages y Moianès en los quejigos (Quercus faginea) traídos de un vivero de Valladolid (Castilla y León) por la empresa manresana Catgrass Import SL y plantados en el entorno del polígono industrial Berenguer II, en Cabrianes (Sallent), en el que es un claro ejemplo de propagación involuntaria de nuevas plagas mediante el comercio a distancias largas de plantas y otros organismos vivos.
[fotos Xavier Adot y Jordi Badia]