La aristoloquia larga (Aristolochia paucinervis [= A.longa]) es una hierba trepadora de la familia tropical de las aristoloquiáceas que da un punto exótico en los sotos y cañaverales donde vive. Posee un tubérculo alargado clavado en el suelo, del que nacen tallos sinuosos que trepan hasta un máximo de dos palmos. Las hojas son pecioladas, con limbo triangular con las puntas redondeadas y acorazonadas en la base, lisas, con margen entero y nerviación palmada, parecidas a hojas de monocotiledóneas de la familia aráceas. Las flores nacen solitarias en la axila de las hojas, con un pedúnculo tan largo como el pecíolo de la hoja correspondiente. Poseen una sola envoltura floral formando un tubo de unos 3 cm de color entre verde y pardo, engrosado en la base donde se encuentra un ovario ínfero y sesgado en la apertura. En el interior del tubo hay pelos retrorsos para dificultar la salida del insecto que pueda caer y asegurar que cumpla con la función polinizadora que le ha sido encargada. El olor de las flores es desagradable, aunque atrae las moscas. Una vez el estigma ha sido polinizado, se desencadena la maduración de los estambres; se trata de un caso de proteroginia. Finalizada la fase de polinización, la punta del tubo se dobla tapando la boca de entrada. El fruto es una cápsula verde, en forma de pera o meloncillo, que se abre por suturas longitudinales.
En los romerales de la comarca de Bages vive una especie del mismo género, la pistoloquia (A.pistolochia), más común. Se diferencia por las hojas de color grisáceo, onduladas y con dentado irregular en el margen, y por las flores con el extremo del tubo más alargado. Ambas especies de Aristolochia alimentan en exclusiva las orugas de la mariposa Zerynthia rumina. Las plantas del género Aristolochia tienen alcaloides tóxicos. Por este motivo habían sido utilizadas con propósito medicinal y riesgo evidente. El tubérculo de A.paucinervis se investiga como posible fuente de alcaloides destinados a combatir algunos tipos de cáncer.
[foto Efrem Batriu]