Bembix oculata es una avispa de la arena de la familia Crabonidae que se identifica por su patrón de colores amarillo y negro en el abdomen, tan típicos de las avispas.
Los machos alcanzan los 20 mm de longitud, en cambio las hembras sólo unos 16 mm. La cabeza es negra con un par de ojos esféricos, prominentes y de color verde oliváceo. El color negro predomina también en el tórax, con pequeñas marcas amarillas sólo en los laterales y hacia el final. El abdomen tiene forma cónica y está coloreado con franjas transversales sinuosas negras y amarillas. En el 3er segmento abdominal, la sinuosidad de la parte posterior de franja negra se exagera formando un par de manchas negras en el dorso que en el caso de los machos quedan contiguas a la franja y en el de las hembras separadas como un par de ocelos negros a los que hace referencia el adjetivo específico oculata. La imagen muestra una hembra. Las antenas son negras y relativamente cortas, al contrario de las patas amarillas y largas. Los tarsos de las patas de las hembras poseen un peine de espinas, mucho más desarrollado en el 1er par de patas, para contribuir a la excavación. Estas espinas faltan en las patas de los machos.
Bembix oculata vive solitaria. Los adultos se ven principalmente durante los meses de agosto y septiembre en las flores o en los taludes soleados de tierra desmenuzable junto a caminos forestales. En estos taludes o en tierras arenosas, las hembras excavan nidos y depositan un huevo en cada uno. Luego cazan dípteros como la mosca doméstica, que paralizan y llevan al nido. No tapan el nido y se desentienden de él, sino que, tras nacer la larva, siguen cazando y llevándole dípteros para su alimentación.
Una especie similar es Bembix rostrata, cuyas hembras carecen de los ocelos negros pintados en el abdomen.
[foto Jordi Badia]