Avispa (Euodynerus variegatus)

Euodynerus variegatus

Euodynerus variegatus es una avispa solitaria de 10-12 mm de longitud que puede identificarse por el patrón de colores amarillo y negro, aposemáticos, que muestra la imagen.

La cabeza es ancha y negra, con una franja amarilla bajo los ojos. El pronoto es amarillo, excepto el triángulo negro junto a las tégulas -allí donde se insertan las alas- que son amarillas con un círculo central marrón. El mesonoto o escudete es negro y le siguen dos franjas amarillas, la 1ª ancha, la 2ª estrecha. La cintura es estrecha, como corresponde a una auténtica avispa de la familia Vespidae. Siguiendo por el abdomen, el 1er segmento del metasoma tiene una franja negra en la base que avanza en triángulo sobre el dorso y el 2º, muy desarrollado, muestra también una franja negra en la base que en el dorso se amplía y extiende hacia los lados en forma de riñón. El resto del abdomen y las patas son de color amarillo. Las antenas son negras, exceptuando un tramo naranja en la base. Las alas son progresivamente más oscuras y opacas cuanto más cerca del margen anterior o costa de las alas anteriores.

Euodynerus variegatus suele encontrarse cerca de balsas y arroyos porque necesita el agua en la construcción del nido. Las hembras de Euodynerus variegatus construyen nidos de barro; es una avispa alfarera. En primer lugar, la hembra fertilizada selecciona y limpia un buen emplazamiento en el suelo o en una superficie de roca donde construir el nido. Después se acerca al agua, toma una gota, y seguidamente vuela hasta un punto cercano donde haya tierra o barro. Con ambos ingredientes, tierra y agua, moldea con las mandíbulas una bola de barro fresco, el material para la construcción del nido. Repite la rutina de recogida de material, amasado de una bola de barro y su colocación en el nido tantas veces como sea necesario hasta concluir la construcción de un nido compuesto por 5 o 6 cámaras alargadas. En cada una de las cámaras deposita un huevo. A mitad de la construcción, la hembra detiene las obras para capturar un pequeño insecto, normalmente una oruga de lepidóptero, o una araña, paralizarlo mediante la picadura del aguijón y transportarlo al nido para que sirva de alimento a las futuras larvas. La hembra terminará y sellará el nido con más bolas de barro. Una vez terminado un nido, la hembra comienza otro y así sucesivamente, mientras dure su vida.

[foto Jordi Badia]