Las bacterias rojas o púrpuras del azufre viven en el agua anóxica del estanque rojo de la casa de La Grossa, en Calders, dándole su peculiar color rosa.
Las bacterias rojas del azufre constituyen la familia cromatiáceas. Se caracterizan por tener un sistema fotosintético distinto de las plantas y de las cianobacterias. Su pigmento principal es la bacterioclorofila a, evidentemente de color púrpura. En su fotosíntesis, las bacterias rojas del azufre no utilizan como dador de hidrógeno y de electrones el agua (H2O) tal como realizan las plantas, sino el ácido sulfhídrico (H2S); en consecuencia tampoco desprenden oxígeno (O2), sino que depositan azufre (S) o sulfatos (SO4) minerales. Las bacterias rojas del azufre viven en aguas totalmente anóxicas -es decir sin oxígeno-, quietas, iluminadas y con aporte de materia orgánica. De la descomposición de la materia orgánica por medio de otras bacterias residentes en el sedimento se producen pequeñas cantidades de ácido sulfhídrico, un gas que se disuelve en el agua y le da el característico mal olor de fuente termal o de huevos podridos. En el estanque rojo de Calders, la materia orgánica proviene de las hojas caídas de los frondosos laureles que la envuelven y esconden, y del desagüe de la casa.
El antiguo estanque de paredes de piedra de la casa de La Grossa, en Calders, reproduce a escala menor el ecosistema bacteriano del estanque Cisó, cercano al de Bañolas, y modelo estudiado intensamente por limnólogos y ecólogos bacterianos. Estos sistemas son una ventana a los inicios de la vida en una Tierra sumergida en una atmósfera sin oxígeno, en el eón Arqueano, ¡unos 3.000 millones de años atrás! La fotosíntesis, es a decir el mecanismo metabólico para capturar la energía de la luz solar, fue inventado realmente por las bacterias rojas del azufre. Miles de millones de años más tarde, cuando el ácido sulfhídrico empezó a escasear, las cianobacterias dieron el paso de utilizar el agua, mucho más abundante en la Tierra, como inicio de la cadena fotosintética tal como se conoce actualmente. La evolución podría haber seguido con el modelo de fotosíntesis de las bacterias rojas del azufre como camino de mayor éxito; entonces el color dominante hoy en los bosques y prados no sería el verde de la clorofila, sino el púrpura que luce el estanque rojo de Calders.
Las imágenes del estanque corresponden a los años 2008 (1ª) y 2012 (2ª); en la imagen 3ª, una muestra del agua en el 2012.
[fotos Sergi Pich (1ª) y Jordi Badia (2ª y 3ª)].