La caparreta blanca (Ceroplastes sinensis) es una cochinilla, un insecto del orden hemípteros y de la familia Coccidae, que se fija sobre los nervios de la hojas y en los tallos verdes para succionar la savia, principalmente en cítricos y en el laurel (Laurus nobilis). Como su adjetivo específico sinensis indica, la caparreta blanca es originaria de China, pero llegó a la península Ibérica infectando los cítricos de la provincia de Castellón y actualmente se encuentra en todas partes, también en la comarca de Bages.
Su morfología distorsionada hacia la vida parásita no se identifica fácilmente con la de un insecto. La ninfa posee un cuerpo elipsoidal de 2-4 mm cubierto de una capa de cera marrón rojizo de la que emergen 13 secreciones blancas de forma piramidal que le dan forma estrellada. El adulto –en las imágenes sobre hojas de laurel- tiene el mismo tamaño pero con forma ovalada, color claro y sus secreciones están acortadas; su aspecto recuerda tanto al de un garrapata hinchada como al de una mini-patata que empieza a echar grillos.
Todos los individuos son hembras que se reproducen por partenogénesis; no hay machos. Tiene una generación por temporada. La hembra adulta pone los huevos bajo su cubierta cérea. Al morir, emergen sus larvas descendientes, unos gusanillos que se dispersan por el árbol a partir de verano.
La caparreta blanca exuda una melaza que favorece la presencia de hongos, por lo que las hojas afectadas a menudo ennegrecen.
La caparreta blanca se combate con insecticidas que son efectivos solo contra las ninfas en sus primeros estadios, de agosto a diciembre; en cambio, los adultos quedan protegidos por su coraza de cera.
[fotos Montserrat Porta y Jordi Badia]