El cardo o cardo de comer (Cynara cardunculus) supera habitualmente el metro de altura y sus hojas basales llegan a medio metro de anchura. Estas hojas decrecen progresivamente a medida que suben por el tallo, son irregularmente pinnadas una o dos veces, de color verde brillante en el haz, blanquecinas y lanosas en el envés y armadas con fuertes espinas en el margen. Durante su primer año de vida, el cardo saca solo la roseta de hojas basal; en el segundo crecen los tallos. En verano, cada tallo culmina con una alcachofa de unos 4-5 cm de diámetro, con flores purpúreas y brácteas terminadas en una punta robusta y punzante.
El cardo de comer se cultiva o se había cultivado en huertos. Actualmente en la comarca de Bages se encuentra en yermos y comunidades ruderales siempre cerca de casas y huertos, por lo que su espontaneidad es dudosa. De él se aprovechan muchas partes, en particular las hojas previamente privadas de luz con lo que quedan blancas, suaves y comestibles como las de una col, después de recortar las espinas. La base de los capítulos es una auténtica alcachofa, igualmente comestible. Finalmente sus flores tienen la propiedad de cuajar la leche para el proceso de producción de queso, por lo que se le conoce también con el nombre de hierba de cuaja. El cardo de comer parece ser el antecesor silvestre de la alcachofera, mediante selección de variedades sin espinas.
[fotos Efrem Batriu]