La correhuela (Convolvulus arvensis) es una hierba perenne trepadora, frecuente en campos, huertos, márgenes de caminos y terrenos hollados algo húmedos.
Los tallos serpentean en el suelo o trepan a poca altura. A intervalos regulares surgen las hojas con pecíolos largos, a menudo todos dirigidos hacia el mismo lado, y limbo triangular o hastado como una punta de lanza con los dos vértices basales dirigidos hacia el pecíolo.
De la axila de la hoja emerge el pedúnculo de la flor, más largo aún. La flor de la correhuela tiene un cáliz pequeño y una gran corola simpétala en forma de campanilla de color blanco o rosado. Estas flores pueden llegar a ser muy numerosas, de manera que una vera de camino o un terreno marginal, en verano, pueden convertirse en alfombra de flores blancas o rosas si crece en ellos la correhuela
[fotos Jordi Badia (1ª y 2ª) y Florenci Vallès (3ª)]