Emmelina monodactyla es una polilla discreta, de color marfil, que en reposo de día adopta la forma de la letra T o de una barrena con las alas plegadas como en un abanico y a la vez extendidas en perpendicular al cuerpo estrecho. Pertenece a la familia Pterophoridae. El color marfil es en realidad la media de una variabilidad que abarca desde individuos casi blancos hasta otros marrones. Las alas desplegadas parecen plumas, las alas anteriores con dos venas centrales como los raquis de un paraguas y las posteriores con 3. Las patas y las antenas son finas. Las patas destacan por sus espolones largos y estrechos, como ramificaciones, situados al final de las tibias en el 2º par y de las tibias y de los primeros tarsos en el 3er par de patas.
Emmelina monodactyla suele mantenerse quieta de día, confiando en pasar desapercibida de posibles depredadores, confundida con ramitas. Sin embargo, la estrategia de forma y color crípticos no funciona cuando se posa en una superficie artificial uniforme, como en el caso frecuente de una pared.
Las orugas de Emmelina monodactyla tienen el extremo caudal agudo, el color verde con líneas longitudinales blancas y con algunas series de puntos rojos, blancos o negros, y pilosidad blanca. Se alimentan de plantas al menos de las familias convolvuláceas, quenopodiáceas y solanáceas, quizás de algunas más.
Emmelina monodactyla suele verse en entornos urbanos y en huertos.
[foto Jordi Badia]