El escobizo, boja o bocha blanca o mijediega (Dorycnium pentaphyllum subsp. pentaphyllum) es una mata que no suele superar el medio metro de altura, de porte pulviniforme, leñosa solo en la base y color verde grisáceo cuando no está en flor. Pertenece a la familia papilionáceas. Se reconoce fácilmente por las hojas que aparentan estar agrupadas en fascículos de 5, de donde se origina el adjetivo específico pentaphyllum. En realidad se trata de una única hoja sésil compuesta por 5 folíolos a su vez también sésiles, es decir, sin peciólulo. Cada uno de estos 5 folíolos mide solo unos 5 mm de longitud, es casi linear aunque con tendencia a ser algo más ancho en la punta que en la base.
A partir de mayo, el escobizo saca numerosos glomérulos de flores papilionadas, blancas y pequeñitas, en el extremo de pedúnculos sensiblemente más largos que las hojas, en la axila de las cuales nacen.
El escobizo es una planta que puede resultar muy abundante en prados y zonas con suelo pobre. Al tratarse de una papilionácea, el escobizo, mediante sus nodulos radiculares donde hospeda bacterias fijadoras de nitrógeno atmosférico, contribuye fertilizar suelos faltados de nutrientes.
[fotos Jordi Badia (1ª y 2ª) y Montserrat Porta (3ª y 4ª)]