La esparceta (Onobrychis viciifolia) es una hierba perenne de la familia papilionáceas, cultivada como forrajera y subespontánea en herbazales húmedos de los márgenes de caminos.
La esparceta alcanza más de medio metro de altura con tallos estirados y poco ramificados. Las hojas son compuesta imparipinnadas, con 13-25 folíolos elípticos de hasta 3 cm de longitud. En la base de la base de cada hoja se encuentra un par de estípulas. De la axila de las hojas salen ejes florales más largos que la propia hoja culminados por un racimo denso de 20-40 flores con pedúnculos cortos. Las flores constan exteriormente de un cáliz abierto en 5 sépalos estrechos y enmarañado con pelos largos y una corola papilionada de pétalos rosados con líneas longitudinales de color más intenso. El pétalo superior o estandarte y el pétalo inferior o carina son de longitud equivalente, con lo que ninguno de los dos sobresale. La esparceta florece en primavera y verano. Las flores de un racimo se abren progresivamente de abajo a arriba. La legumbre es tan corta que apenas asoma de los dientes del cáliz. La superficie de la legumbre es rugosa por una serie de púas y contiene una sola semilla.
La esparceta es una hierba rica en proteínas y apreciada por el ganado herbívoro. Al tratarse de una hierba vivaz, los campos de esparceta pueden segarse y esperar a que crezca de nuevo para una próxima siega.
Una especie similar y completamente espontánea es la esparceta silvestre o pipirigallo (Onobrychis supina). La esparceta silvestre posee porte menor y flores de un rosa menos intenso o matizado de amarillo que, observadas en detalle, se diferencian además por su cáliz con pelos más cortos y por tener la carina más corta que el estandarte.
[fotos Jordi Badia]