El fleo de los prados (Phleum pratense) es una hierba gramínea perenne que se reconoce por su espiga densa, estrechamente cilíndrica de hasta a 10 cm de longitud por solo 5 mm de diámetro, como si se tratara de una bengala para culminar un pastel de aniversario. A primera vista P.pratense es indistinguible de Phleum phleoides, aunque si de dobla la espiga se aprecia que las flores de P.pratense son prácticamente sésiles mientras que las de P.phleoides están unidas al eje mediante pedicelos cortos y ramificados, por lo que la espiga de P.phleoides es en realidad una panícula.
Las flores de P.pratense tienen las glumas inferior y superior al mismo nivel y unidas por un tejido papiráceo. Cada gluma es prolonga en un cuernecillo de 1 mm y posee una línea de cilios blancos en el dorso. El conjunto de las dos glumas unidas con los cuernecillos divergentes puede recordar a un croissant. En cambio, las glumas de P.phleoides no poseen cilios, no están soldadas y terminan en punta aguda más que en un cuernecillo.
La espiga de P.pratense en el pico floración destaca por los estambres blancos que sobresalen en perpendicular, como en el caso del llantén.
P.pratense es una hierba con vocación montana que se encuentra en la parte más oriental de la comarca de Bages y en la de Moianès, aunque hay que tomar con precaución los datos de distribución porque se requiere un examen detallado para discriminar entre P.pratense y P.phleoides. Sí está claro que P.phleoides es más frecuente en la comarca de Bages que P.pratense.
[foto Jordi Badia]