El gordolobo o verbasco (Verbascum thapsus ssp.montanum) es una hierba bienal grisácea por un recubrimiento de pelos cortos y densos, con la típica estampa de las distintas especies del género Verbascum, familia escrofulariáceas.
En el primer año forma una roseta basal de hojas oblongas, pecioladas, que pueden llegar a ser muy grandes, de hasta 50 cm de longitud. En el segundo año levanta un tallo sin ramificar rodeado de hojas progresivamente menores, con el nervio central ancho y decurrente. Imperceptiblemente, el tallo se transforma en eje de la inflorescencia y las hojas en brácteas en la axila de las cuales se agrupan las flores. Dependiendo de la vitalidad y las condiciones, el gordolobo puede crecer hasta 1 ó 2 metros de altura. En conjunto adopta un porte agudo, de flecha apuntando al cielo.
A diferencia de otras especies de Verbascum -ver por ejemplo V.pulverulentum– la inflorescencia de V.thapsus no se ramifica, sino que se mantiene compacta como un cirio. Las flores se abren aquí y allá, a niveles distintos de la espiga que consigue así mantener la floración durante meses. Sus flores son prácticamente sésiles. La corola es amarilla, abierta como un plato, simpétala con el tubo muy corto y 5 lóbulos. Los estambres tienen un mechón de pelos blancos sobre el filamento.
El gordolobo aparecen el claros removidos y en márgenes de caminos forestales. En la comarca de Bages es una planta bien distribuida aunque de presencia irregular, con sus poblaciones sometidas a los vaivenes de las perturbaciones locales y de la sucesión.
Las corolas caen unos segundos tras haber sacudido la espiga. Sus infusiones se han utilizado por un lado para combatir la tos u otras afecciones respiratorias, por el otro para envenenar ligeramente aguas estancadas y pescar fácilmente sus peces.