La grama (Cynodon dactylon) es una hierba gramínea, perenne y cespitosa, extraordinariamente cosmopolita y común en terrenos pisados. No levanta más que un palmo pero no hay que menospreciarla, compensa su poca altura con la extensión que ocupa mediante estolones que vuelven a enraizar y con un sistema radicular muy desarrollado. Las hojas son relativamente cortas, planas y agudas, de unos 10 dm de longitud por 3-4 mm de anchura, de un verde mate algo azulado o apagado, dispuestas dísticas –o sea en dos hileras en un mismo plano- en el tallo. En su base, la lígula está formada por pelos largos. Los tallos floríferos terminan en un ramillete de 3-6 espigas digitadas de unos 4-5 cm de longitud, muy finas y con las flores orientadas hacia el mismo lado. Las espiguillas llevan una sola flor fértil que destaca por su estigma plumoso de color granate, como muestra la imagen 2ª.
La grama crece espontáneamente y también se planta para obtener céspedes resistentes que requieren poco riego, aunque amarillean en invierno. La grama es una plata difícil de erradicar de las posiciones que mantiene.
[fotos Jordi Badia]