La guillomera (Cotoneaster tomentosus [= C. nebrodensis]) es un arbusto de la familia rosáceas, de 1 o 2 metros de altura, con porte similar al del guillomo (Amelanchier ovalis). Se diferencia de él por sus hojas mayores, no tan redondeadas sino ovadas y con ápice marcado. Tal como indica su adjetivo tomentosus, estas hojas tienen pilosidad densa en el reverso y en el margen, y cuando son jóvenes también en el anverso. En otoño o a finales de verano si éste ha sido seco, estas hojas cambian a color rojo grana, intenso y luminoso, antes de desprenderse. En primavera, la guillomera saca racimos de flores blancas que se convertirán en frutos en forma de minúscula manzana, roja y esférica. Vive en robledales, en ambientes frescos.
La guillomera se distribuye por los Pirineos y por las sierras Pre-litorales de Cataluña y País Valenciano, aunque sin prodigarse demasiado, sólo aquí y allá, en localidades concretas y poblaciones pequeñas. La única localidad conocida de la guillomera en la comarca de Bages es Montserrat, donde se encuentra de manrea muy rara en la vertiente umbría, por encima de los 800 metros de altitud. La presencia de la guillomera en Montserrat ya era conocida por Antonio C. Costa, el primero de los grandes botánicos que estudió extensamente y publicó una flora de Cataluña (1864 y 1877). Font i Quer cita también la localidad de la guillomera en Montserrat, tomada de Costa, en su flora del Bages del 1914. La guillomera aparece igualmente en la flora de Montserrat de Josep Nuet y Josep Panareda (1991). La imagen que aquí ilustra la guillomera ha sido obtenida también en Montserrat (2009). Por tanto, la guillomera se mantiene como planta muy rara y aislada de otras poblaciones en Montserrat desde por lo menos 150 años atrás; seguramente muchos más y, a pesar de los pesares, se mantiene. También Montserrat mantiene ocupados los botánicos catalanes desde hará, por lo menos, 150 años.