La hierba de santa Bárbara (Barbarea vulgaris) es una crucífera perenne que suele sobrepasar los 50 cm de altura y crecer en los suelos inundados en las orillas de los arroyos.
Destaca por sus colores intensos, verde en las hojas y en los tallos glabros y estriados, y amarillo en los pétalos de sus numerosas flores en los meses de abril y mayo. Las hojas de la base don compuestas lirato-pinnadas, irregulares con el lóbulo terminal mucho mayor que los laterales, mientras que las hojas caulinares son simples con limbo entre triangular y romboidal con el margen lobulado. Se ramifica abundantemente terminando las ramas en racimos de flores. Estas flores lucen un amarillo vivo más propio de un ranúnculo que de una crucífera, con los 4 pétalos en cruz, en la disposición característica de las crucíferas. El fruto es una silicua relativamente gruesa, de 2-3 cm de longitud, que se mantiene erecta (foto 5ª).
La hierba de santa Bárbara se encuentra en las orillas de arroyos de agua limpia en la comarca de Bages, particularmente en los de la cabecera de la riera de Calders.
[fotos Jordi Badia]