La minúscula vida vegetal soportada por unos centímetros escassos de suelo de los cerros ásperos y rellanos de roca, abrasada por el sol a final de estío, guarda aún una última sorpresa: la tierna floración del jacinto endeble (Scilla autumnalis). El jacinto endeble es una planta bulbosa, pequeña y delicada, clasificada en la familia asparagáceas aunque hasta hace unos pocos años en la de las liliáceas. Las primeras tormentas de finales de verano y de principios de otoño despiertan al bulbo enterrado. Surgen entonces los tallos floríferos, endebles, de hasta 20 cm de altura, afilos y rematados por el racimo de numerosas flores pedunculadas, con 6 tépalos de un bello azul morado, que progresivamente se abrirán de abajo a arriba a medida que crece el tallo. En el inicio de floración, las hojas no son aún visibles. Aparecerán después, filiformes y de sección semicircular, todas ellas en roseta basal. El fruto, la cápsula, se abrirá en 3 lóculos para mostrar las semillas negras, similar a la de su pariente, el jacinto bastardo (Dipcadi serotinum).
El jacinto endeble no es muy común y pasará desapercibido si no se atrapa en flor, aunque abunda en algunos puntos. En la comarca de Bages se encuentra en algunas lomas de conglomerado del PN de Sant Llorenç del Munt i l’Obac como la de los Emprius al norte de la cima de Montcau (Mura) y en los llanos de L’Oller y de Les Marcetes (Manresa), en cambio no ha sido localizada en Montserrat.
[foto Jordi Badia]
- Ver el artículo Els narcisos han florit, en catalán.