El matacán o correhuela lechosa (Cynanchum acutum) es una planta trepadora y persistente de la familia tropical de las asclepiadáceas, como los vincetósigos (Vincetoxicum hirundinaria, V.nigrum) y el miraguano (Araujia sericifera).
Posee rizomas subterráneos de los que emergen tallos volubles, leñosos solo en la base, que se levantan hasta alrededor de 1 metro apoyándose en soportes. Destacan sus hojas opuestas por pares, con pecíolo de 1 a 4 cm y limbo de unos 5 cm en forma de corazón marcado en la base y agudo en la punta, grueso y de tono glauco. De la axila de los pares de hojas nacen umbelas irregulares de flores pedunculadas. Las flores del matacán son radiadas; tienen 5 sépalos pequeños, una corola de 5 pétalos blancos o rosados de aspecto estrellado aunque unidos por la base y una corona central con 5 estambres intercalados con los pétalos y el gineceo. El matacán florece en verano. Su fruto será un folículo alargado, constituido habitualmente por dos vainas.
Si se quiebran los tallos o las hojas del matacán brota un látex blanco tóxico que se había utilizado como purgante. Por sus hojas en forma de corazón y por ser trepadora, el matacán tiene un parecido superficial con las correhuelas [ver la correhuela mayor (Calystegia sepium)], pero el látex y la morfología de flores y frutos descubre que no está emparentado con ellas.
El matacán crece en márgenes de caminos y en sembrados donde es considerado una mala hierba, en ambientes cálidos no demasiado secos. El matacán se distribuye alrededor del Mediterráneo, alcanzando la comarca de Bages.
[fotos Efrem Batriu]