El mijo del sol (Lithospermum officinale) es una hierba perenne de la familia boragináceas, característica de los claros de los bosques húmedos cerca de corrientes de agua. Cada año se renueva completamente, acercándose al metro de altura. Suele ramificarse mucho en su mitad superior y poco en la mitad inferior del tallo que suele mantenerse simple y perder fácilmente algunas hojas. Toda la planta está cubierta de pelos híspidos. Las hojas se disponen alternas; son sésiles, de contorno lanceolado y con el nervio medial muy resaltado por el envés. Igual que las demás boragináceas, agrupa las flores en inflorescencias en cola de escorpión en el extremos de los tallos. Las flores son pequeñas, con una corola simpétala con 5 lóbulos de color crema que apenas asoma del cáliz.
La parte más característica del mijo del sol es su fruto compuesto por 4 mericarpos; 4 granos relucientes como perlas, ordenados en cruz en el fondo del cáliz. Puede faltar alguno de ellos si alguno de los carpelos no ha conseguido llegar a buen puerto. Estos granos son blancos, lisos, de forma ovoidea, aspecto nacarado y extremadamente duros. El nomrbre de género Lithospermum se refiere a estos frutos duros como piedras. En base a la teoría del signo que asimilaba los granos del mijo del sol con cálculos biliares o renales, las infusiones de mijo del sol fueron extensamente prescritas para tratarlos, aunque no existe ninguna evidencia médica de su eficacia.
El mijo del sol está bien distribuido en la comarca de Bages, pero ocupa solo localidades puntuales donde encuentra las condiciones húmedas, luminosas y frescas propicias.
[fotos Jordi Badia]
- Ver el artículo Teoria del signe, en catalán, de Jordi Badia.
- Flora de Bages – Herbario de P. Font Quer.