La moscarda gris de la carne (Sarcophaga sp.) se diferencia de entrada de la mosca común (Musca domestica) por su mayor tamaño y por los ojos de un rojo más claro. Además, tiene 3 líneas longitudinales sobre el tórax -la mosca común tiene 4- y luce en el abdomen una combinación de cuadros negros y grises en tablero de ajedrez -la mosca común tiene los laterales del abdomen marrón claro. La moscarda gris de la carne tiene quetas por todo el cuerpo salvo las alas, las más largas en el extremo del abdomen. Las patas terminan en algo parecido a unas raquetas para moverse sobre superficies viscosas o resbaladizas. Las alas son grises, algo más largas que el cuerpo.
Durante años, los ejemplares de moscarda gris de la carne se han atribuido a la especie Sarcophaga carnaria, un nombre incorrecto que hay que sustituir por Sarcophaga variegata. Después se ha visto que aquello que se englobaba en S.carnaria es en realidad un complejo de especies que se agrupan en subgéneros distintos, y que S.carnaria/variegata no debe ser la especie más común en el sur de Europa, en particular en Cataluña, si es que realmente existe aquí. La identificación cierta por caracteres morfológicos de las especies de Sarcophaga solo es posible mediante la disección de los genitales de los machos. El trabajo de identificación de las hembras hay que dejarlo para los machos de la propia especie. No puede hablarse en propiedad de la moscarda gris de la carne, sino que deben ser tomadas en plural: moscardas grises de la carne.
Las moscardas grises de la carne consiguen un desarrollo muy rápido porque los huevos eclosionan cuando aún están en los genitales de la hembra, con lo que ésta no pone huevos, sino que libera larvas. El fenómeno se conoce como como ovo-viviparismo. Las larvas crecen en la carne fresca de cadáveres recientes, en lombrices y en heridas causando miasis en las que la larva de Sarcophaga devora tejidos vivos del animal huésped. Sarcophaga sp. es uno de los primeros dípteros en llegar a los cadáveres e iniciar su descomposición.
[foto Jordi Badia]