El nogal (Juglans regia) es el árbol cultivado y a menudo subespontáneo en terrenos frescos, popular por ser el productor de las nutritivas nueces. El nogal parece ser originario del Cáucaso y Asia Menor, pero su cultivo extenso y desde muy antiguo impide distinguir ningún área de distribución original.
El nogal es un árbol que puede formar una copa muy grande, en altura y aún más en anchura, sostenida por un tronco grueso de madera dura. La corteza es gris y lisa en los ejemplares jóvenes, mientras que se hace rugosa con anchas grietas verticales en los ejemplares más viejos. Las hojas son caducas, compuestas imparipinnadas con 5-9 folíolos ovales con ápice agudo y de tamaño ligeramente creciente de la base de la hoja en la punta. Las flores son unisexuadas, con flores masculinas y femeninas en el mismo árbol. Aparecen en abril, poco antes que las hojas nuevas. Las flores masculinas están agrupadas en amentos cónicos colgantes, donde se ordenan como las escamas de una piña. Cada flor masculina consta sólo de una escama y numerosos estambres. Las flores femeninas, en cambio, son solitarias o en grupos de un máximo de 4. Las flores femeninas tienen un ovario ínfero culminado en 2 estigmas grandes, y 4 minúsculos tépalos que conforman un perianto vestigial. Si la polinización ha tenido éxito, el ovario crece formando un fruto en drupa inicialmente con un pericarpio verde -en la imagen- que una vez madura en otoño se secará y liberará el hueso, la nuez propiamente dicha.
Las nueces verdes son el ingrediente esencial de la ratafía, un licor popular en las comarcas del norte de Cataluña -Osona, Ripollès, Alt Urgell, Pallars…- donde los nogales son frecuentes. Las nueces secas se conservan durante tiempo. La semilla de su interior es un alimento apreciado tanto por su gusto como por su valor nutritivo debido al contenido en aceites insaturados omega-3 y antioxidantes. La madera de nogal es empleada en ebanistería y tornería por su dureza.
En las comarcas de Bages y Moianès no ha arraigado el cultivo comercial de nogales, aunque sí que son muchos los nogales dispersos por los huertos, los parques y jardines urbanos, y cerca de las casas de campo, o subespontáneos en los bosques de ribera y en las vaguadas.
[foto Jordi Badia]