La hepática Pellia endiviifolia se encuentra en paredes mojadas de caliza y travertino de fuentes y saltos de agua, en los rincones más sombríos y húmedos. Constituye un talo de unos 5-6 mm de ancho, máximo 10 x 60 mm de longitud, de color verde intenso y brillante, bifurcados de vez en cuando y con márgenes lobulados. En otoño, los talos desarrollan un margen de lóbulos pequeños. A diferencia de otras hepáticas como Marchantia polymorpha o Conocephalum conicum, Pellia endiviifolia mantiene el borde del mismo tono verde uniforme. Un nervio recorre el centro del talo. Este talo es rígido a pesar de su extrema delgadez, con tacto similar al de una lámina de plástico, algo áspero seguramente por la precipitación de calcita. Al arrancarlo pierde rápidamente la rigidez y el color que oscurece.
Pellia endiviifolia es una planta dioica. El esporófito -que no aparece en las imágenes- crece en los extremos de los talos de gametófitos femeninos. Tiene la forma de una cerilla, con un pie hialino rematado por una cápsula esférica.
[fotos Jordi Badia]