Phyla filiformis (= Lippia filiformis) es una hierba perenne de la familia verbenáceas, plantada como ornamental por su floración en céspedes y subespontánea en prados cercanos a lugares habitados en la comarca de Bages.
Phyla filiformis se extiende a ras de suelo mediante estolones que enraízan de nuevo. Sus tallos se elevan poco, por lo que consigue recubrimientos densos que, a diferencia de los de gramíneas, no hay que cortar para obtener un césped uniforme a poca altura. Las hojas nacen opuestas; tienen un limbo obovado de 2,5 cm de longitud, atenuado hacia un pecíolo prácticamente inexistente y con el margen dentado en sus dos tercios apicales con dientes arqueados hacia el exterior. Estas hojas decrecen de abajo a arriba en los cortos tallos. De la axila de las hojas nace un pedúnculo que las sobrepasa sobradamente levantando un glomérulo de flores de corola simpétala, blanca con un suave tinte violeta. La corola se abre en 5 lóbulos o pétalos desiguales, mientras que el cáliz se abre en 2 sépalos. Si el suelo mantiene una cierta humedad o dispone de riego periódico, Phyla filiformis alarga su floración durante todo el verano.
Phyla filiformis es originaria de Centroamérica.
Existe una especie muy parecida, Phyla nodiflora (= Lippia nodiflora), utilizada igualmente en jardinería. Phyla nodiflora tiene porte algo mayor, sus pedúnculos florales son relativamente más cortos, solo la mitad apical de sus hojas está dentada y aún con dientes rectos y el cáliz de sus flores está más profundamente dividido que en P.filiformis.
La popular luisa o hierba de la princesa (Lippia triphylla [= L.citrodora]) está también emparentada con P.filiformis. No hay confusión posible porque la luisa o hierba de la princesa es arbustiva, sus hojas se disponen en verticilos de 3 y es más aromática. La luisa se utiliza en infusiones digestivas.
[fotos Florenci Vallès (1ª) y Jordi Badia (2ª)]