El sisallo o barrilla (Salsola vermiculata) es un arbusto perteneciente a la familia quenopodiáceas, de hasta un metro de altura, aspecto grisáceo por la presencia de pelos revueltos y con las ramas alargadas y abundantemente ramificadas en ángulo abierto.
Las hojas son suculentas, lineares o cilíndricas de 1 mm de diámetro con la base ensanchada; las hojas situadas en los macroblastos –ramas largas de crecimiento ilimitado- miden de 10-12 mm de longitud, mientras que las hojas situadas en los braquiblastos –ramas laterales cortas de crecimiento limitado- miden menos de 5 mm. Las hojas cortas de los braquiblastos, las más numerosas, se disponen imbricadas en haces en los que las hojas decrecen de fuera hacia dentro. Las hojas son persistentes, aunque en verano puede perder algunas.
Las flores son sencillas, pequeñas y poco vistosas, íntegramente de color verde con dos bractéolas, 5 piezas periánticas, 5 estambres y un pistilo globoso con 2 estigmas. Florece en verano.
En otoño el sisallo pasa a ser más vistoso porqué las 5 piezas periánticas que quedan acrescentes sobre el fruto desarrollan hacia fuera un ala membranosa que tomo tono rosado o rojo. Al rojizo de los numerosos frutos puede sumarse el de los tallos jóvenes.
El sisallo tolera suelos algo salinos y la aridez. Es un arbusto muy frecuente en el área de clima continental de la depresión del Ebro, que aparece también en el valle Salino de Cardona, en los alrededores de la escombrera salina de Suria y en algunas localidades esporádicas del Pla de Bages.
[fotos Jordi Badia]