El toronjil silvestre (Melittis melisophyllum subsp. melisophyllum) es una hierba perenne de la familia labiadas que destaca por la belleza y el tamaño de sus flores de corola rosada, solitarias o por pares en la axila de las hojas. Los tallos de sección cuadrangular del toronjil silvestre se levantan dos palmos de altura. Las hojas nacen opuestas, tienen pecíolo corto y limbo ovado de hasta 7 cm de longitud con el margen festoneado. Si no está en flor, el toronjil silvestre recuerda a la ortiga. La pilosidad fina que cubre los tallos, el reverso de las hojas, los cálices y hasta la cara externa de las corolas acentúa la semejanza. Las flores miran hacia abajo, como si pesaran demasiado para el modesto pedúnculo corto. Estas flores, de unos 3-4 cm, invitan a examinar la morfología característica de las flores de las labiadas. El cáliz está hinchado y dividido en dos labios, el superior dentado y el inferior bilobado. La corola es tubulosa, estrecha en la base y muy abierta en la punta, de color rosa de intensidad variable, terminada en dos labios desiguales, el superior más corto y casi entero, el inferior largo y a su vez dividido en tres lóbulos. Los cuatro estambres y estilo se disponen paralelos, adosados al labio superior.
El toronjil silvestre es una hierba tierna que vive en claros y márgenes del robledal, del pinar de pino silvestre y de otros bosques húmedos y frescos. En la comarca de Bages, el toronjil silvestre solo penetra por el límite nordeste, por el Moianès.
Se le atribuyen propiedades medicinales.
[fotos Jordi Badia]