Trachusa (Paraanthidium) interrupta [= Anthidium interruptum] es una avispa de la familia Megachiliidae, de cuerpo regordete con abdomen coloreado en franjas nítidas amarillas y negras. La cabeza y el tórax son mayoritariamente negros, las antenas cortas, gruesas y también negras, y las patas amarillas con tibias excepcionalmente anchas, planas y con una pequeña mancha oscura circular en el extremo. Sus alas tienen color marrón progresivamente más oscuro y opaco a medida que se acerca a la punta. Los ojos son violáceos con manchas alargadas y oscuras dispuestas en vertical. Además de estos caracteres morfológicos comunes, existe dimorfismo sexual. Los machos -en la imagen- son mayores, tienen mucha más pilosidad blanca en el tórax y en la cabeza, y lucen una pequeña mancha blanca encima del ojo -que en la imagen queda tapada por la antena. Las hembras son menores, menos pilosas y tienen manchas amarillas repartidas alrededor del tórax, detrás del ojo y en la cara. Sus escopas -los peines de quetas para el transporte de polen- no se encuentran en las patas posteriores como en la abeja de la miel (Apis mellifica), sino en toda la parte ventral del abdomen. Es difícil identificar a machos y hembras como individuos de una misma especie, a menos que se observen en cópula.
La imagen muestra a un macho dormido, sujetándose por las mandíbulas, no con las patas, en la punta de un tallo. Esta posición tan original parece ser una habilidad propia -¿quizás exclusiva?- de los machos de Trachusa interrupta, relacionada sin duda con sus grandes mandíbulas blancas en forma de tenazas.
Trachusa interrupta se alimenta del polen y el néctar que cosecha de inflorescencias, principalmente de hierbas de la familia dipsacáceas. Las hembras construyen nidos solitarios y los aprovisionan con el polen que han transportado en la base del abdomen. Tras la eclosión del huevo, la larva encontrará a su disposición el alimento que previsoramente le ha dejado preparado la solícita madre.
[foto Pere Moraleja]