La uña de gato (Sedum sediforme) es una mata de hojas suculentas, común en los terrenos áridos, pedregosos y soleados de la comarca de Bages.
La uña de gato tiene tallos estériles, de crecimiento limitado, repletos de hojas sésiles y crasas, con limbo elipsoidal con la punta aguda, como una gota invertida, de 4-7 mm de diámetro por 10-20 mm de longitud, densamente imbricadas y de color verde pálido o grisáceo. En pleno verano, la uña de gato levanta tallos más largos y con hojas espaciadas que culminan en una inflorescencia de 3-8 ramillas digitadas, de 3-8 cm de longitud cada una. La inflorescencia es amarilla, más por los estambres y los carpelos que por los pétalos. Las flores tienen sépalos muy pequeños, 5-8 pétalos estrechos de un blanco translúcido, numerosos estambres y, en el centro, 5-8 carpelos. La variabilidad en el número de piezas florales en cada verticilo parece denotar primitivismo.
La uña de gato suele tomar color rojizo, especialmente en los tallos fértiles. Sedum sediforme, de hasta 40 cm de altura, es la especie de mayor tamaño entre las uñas de gato en Cataluña, aunque inferior a especies del mismo género con hojas planas como la hierba callera (Sedum telephium).
Un hábitat característico de la uña de gato es el techo de las barracas.
Es notable el metabolismo CAM (por Crassulaceae Acid Metabolism) de la uña de gato que separa la fotosíntesis en dos fases para limitar las pérdidas de agua por evapotranspiración. De noche, la planta abre los estomas e incorpora dióxido de carbono para formar malato (un di-ácido de 4 átomos de carbono) que almacena en las vacuolas. De día, ya sin necesidad de abrir los estomas, el malato pasa de las vacuolas a los cloroplastos donde se convierte en piruvato (un ácido de 3 átomos de carbono) al desprenderse en forma de dióxido de carbono de unos de sus grupos carboxilo. Este dióxido de carbono, ya en el cloroplasto, se incorpora al ciclo anabólico conocido como ciclo de Calvin que sintetiza azúcares mediante la enzima RuBiCO y la energía de la luz. A cambio de la adaptación a la aridez y a minimizar las pérdidas de agua, la fotosíntesis a través de metabolismo CAM aumenta la complejidad y queda limitada por la capacidad de almacenaje de malato. El metabolismo CAM es propio de plantas suculentas, no exclusivo de las crasuláceas.
[fotos Jordi Badia]