El zampullín chico (Tachybaptus ruficollis) es un ave acuática pequeña y discreta que vive en charcas y zonas húmedas provistas de una buena cobertura de carrizo o enea.
Su cuerpo es redondeado, de color marrón oscuro, sin cola y con el cuello corto en forma de S. En verano, en temporada nupcial, el plumaje del cuello y de la mejilla toma color castaño vivo y le aparece una mancha blanca en la cara, entre el ojo y el pico (imagen 3ª). En cambio, el plumaje de invierno es más uniforme, con el cuello y la cara de un tono pajizo apagado, tal como muestran las imágenes 1ª y 2ª. Los dedos del pie incrementan su superficie mediante unos lóbulos que contribuyen a la natación, en vez de la membrana interdigital característica de los patos (foto 2ª). Esta particularidad anatómica manifiesta que zampullines y patos no son filogenéticamente cercanos, sino que su superficial parecido es fruto de una convergencia evolutiva por vivir en los mismos ambientes y con las mismas costumbres.
El zampullín chico se sumerge durante 15-20 bajo el agua en busca de alimento. Puede también permanecer hundido sacando a la superfície solo la cabeza y el cuello, como si se tratara del periscopio de un submarino.
El zampullín chico se encuentra durante todo el año sin ser abundante, aunque algo más frecuente en invierno cuando deben llegar ejemplares procedentes del norte. En Catalunya ocupa preferentemente los humedales litorales de agua dulce. En la comarca de Bages es un inquilino habitual del humedal de la Bòbila (Santpedor).
[fotos Oriol Oms (1ª), Jordi Badia (2ª) y Marta Queralt López Salvans (3ª)]