El grillo o grillo de campo (Gryllus campestris) es un ortóptero del suborden ensíferos y la familia Gryllidae, de color negor, más fácil de oir que de observar. Los grillos de campo adultos miden entre 20 y 26 mm de largo. Su cabeza es tan ancha como el tórax, posee un potente aparato bucal masticador y antenas largas y finas. En el extremo abdominal tiene dos cercos sensitivos y, en el caso de las hembras, un oviscapto de entre 12 y 18 mm con la punta en forma de flecha. Su primer par de alas está mucho más desarrollado que el segundo y muestra un matiz amarillo dorado en la base, aunque no en forma de dos manchas delimitadas como en el grillo de campo mediterráneo (Gryllus bimaculatus). Otra característica que discrimina Gryllus campestris frente a Gryllus bimaculatus es el tono rojizo de la cara interna de los fémures del 3er par de patas (foto 3ª).
La foto 1ª muestra un ejemplar adulto -por la longitud del 1er par de alas- macho -por la ausencia de oviscapto. Las fotos 2ª y 3ª muestran una ninfa -por sus alas aún cortas- hembra -por su oviscapto en la punta abdominal.
Los grillos son omnívoros. Frecuentan los prados y cultivos, donde viven aislados (excepto en el período reproductor) en agujeros de 10 a 12 cm de profundidad situados en lugares soleados. Se encuentran en estado adulto de abril a septiembre. Son populares por su canto característico (crii, crii, crii…), que se oye principalmente por la noche. Este sonido lo producen los machos y sirve para atraer a las hembras. El número de chirridos por segundo de esta especie crece exponencialmente con la temperatura. Se ha medido una frecuencia de 2,4 chirridos por segundo a 17ºC y de 3,6 por segundo a 22ºC. Su ciclo vital comprende dos años. Ponen los huevos bajo tierra, de mayo a junio.
De los huevos salen ninfas bastante parecidas a los adultos, que van sufriendo metamorfosis sencillas; se entierran para pasar el invierno y en primavera aparecen como adultos.
Además de los gríllidos (grillos), el suborden de los ensíferos incluye entre otras la familia de los tetigónidos, la de los efipigéridos (somaretas) y la de los grillotálpidos (grillotopos o alacranes cebolleros). Como todos los ensíferos, los grillos tienen las antenas largas, constituidas por muchos artejos, presentan órganos auditivos en las tibias anteriores y estridulan (chirrían) frotando las dos alas anteriores. Estas características permiten diferenciar los ensíferos de los celíferos, el suborden de ortópteros que incluye las langostas. Otra característica de los ensíferos que no presentan los celíferos es el largo oviscapto de las hembras que sirve para poner los huevos en los lugares adecuados. La foto muestra un ejemplar macho, sin oviscapto.
[fotos Florenci Vallès (1ª) y Montserrat Porta y Jordi Badia (2ª y 3ª)]