Icnitas o huellas fósiles de un gran mamífero de la familia Suidae, probablemente perteneciente al género Entelodon (†), un pariente de los actuales jabalís (Sus scrofa) aunque de envergadura mucho mayor a juzgar por el tamaño de las icnitas y la distancia entre ellas, descubiertas en un estrato de arenisca continental de color claro del Oligoceno (≈30 millones de años) en la zona este de la sierra de Castelltallat, cerca de la casa de campo La Rabassa, en el municipio de Sant Mateu de Bages. Se observan como mínimo 5 huellas, todas ellas en forma de pezuña en dos dedos -una característica del orden artiodáctilos- muy separados –lo que es propio de la familia suidos.
Por su disposición y orientación, las huellas parecer ser de un único animal que, al pasar sobre el fango, las dejó allí grabadas. Las huellas se han preservado al quedar la capa de fango cubierta por capas posteriores de sedimentos y, con millones de años más, consolidada en una arenisca compacta. Posteriormente la erosión ha eliminado las capas superiores de roca más débil, descubriendo de nuevo estas huellas tan antiguas, proporcionándonos pistas del ecosistema durante el Oligoceno. ¡La afición de los cerdos a pasear sobre el fango viene de muy, muy lejos!
Las icnitas descubiertas en agosto de 2016 por Josep Planes Vilà en La Rabassa, más las ya conocidas de cal Pratbarrina y las de Coaner, corroboran la sierra de Castelltallat como un área proclive a los yacimientos de icnitas de mamíferos oligocénicos.